Dependiendo de la altura, el paisaje de montaña estará dominado por un tipo de vegatación u otro, o puede que esta desaparezca por la imposibilidad de crecer a cierta altura. Observando la imagen de debajo podemos ver la vegetación más característica de estas zonas.
Como hemos visto en el apartado de procesos externos, la meteorización afecta a las rocas en determinadas condiciones, en el paisaje de montaña podemos observar diferentes fenómenos provocados por la erosión como, por ejemplo, la formación de canchales. Estos son fragmentos de la roca madre que se desprenden de esta y por efecto de la gravedad se situan en zonas más bajas de la ladera. Como vemos en la foto los canchares son piedras angulosas por las que es bastante dificil desplazarse.
En los cabos podemos observar otro elemento característico del paisaje costero como son los acantilados, que se forman por la erosión continua de las olas que chocan contra ellos atacando las partes bajas pudiendo formar cuevas o abrigos.
Los acantilados pueden ceder y derrumbarse cuando las olas erosionan la parte inferior haciendo que el peso de la parte superior no pueda ser soportado. De esta manera a lo largo del tiempo muy lentamente los acantilados retroceden y dejan una superficie plana denominada plataforma de abrasión.
En esta imagen podemos ver como se produce la erosión, el posterior derrumbamiento y por consiguiente la plataforma de abrasión.
Las costas son inestables, sufren avances y retrocesos de los mares por procesos climáticos y/o tectónicos. Cuando el mar avanza se denomina transgresión y cuando retrocede regresión.
Los fierdos y las rias son elementos del paisaje costero que surgen debido al hundimiento de las costas y posterior ocupación del espacio perteneciente a rios o glaciares del agua marina.
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